¿QUÉ PARTIDO COLORADO QUEREMOS?
La encrucijada es clara:
Por un lado, está la opción de
recuperar la esencia batllista, un partido progresista con una fuerte impronta
social, comprometido con la justicia y el bienestar colectivo.
Por otro, la tentación de consolidarnos
como un partido liberal conservador, alineado con la tónica que ha predominado
en las últimas décadas
Ambas opciones tienen un problema: el mercado
progresista está dominado por el Frente Amplio, y el conservador, por el
Partido Nacional. ¿Dónde encaja entonces el Partido Colorado?
A esto se suma la cuestión de la
identidad interna. ¿Queremos un partido monolítico, con una única voz, o uno
plural, con “alas” que diversifiquen nuestra oferta electoral?
Y no podemos obviar la relación con
nuestros “socios” herreristas. ¿Seguiremos en la coalición? ¿O llegará el día
en que, como algunos temen o aceptan con resignación, la marcha de Tres Árboles
resuene en nuestra Convención?
Sin embargo, el desafío más urgente no
es solo definir nuestra esencia, sino cambiar la percepción negativa que gran
parte de la ciudadanía tiene del Partido.
La imagen que proyectamos está lejos de
lo que creemos ser, y eso requiere una autocrítica honesta y un esfuerzo por reconectar
con la gente.
No se trata de vender un “producto”
electoral, sino tal como lo escribimos la semana pasada, de ser fieles a
nuestros valores, preservando la “ética de la convicción” que siempre nos ha
definido.
El futuro inmediato nos exige claridad: ¿qué Partido Colorado queremos?
La respuesta no será sencilla, pero debe surgir de un debate profundo, que
incluya a todos y no sea un “producto de cúpula” que muchas veces suele estar
alejado de la realidad.
Ricardo Alba El Día 24 de mayo de 2025
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