90 DÍAS DE ESCÁNDALOS Y VERGÜENZA EN EL GOBIERNO URUGUAYO
A tres meses de iniciada la nueva
administración, el balance del gobierno del Frente Amplio es, por lo menos,
preocupante. Los primeros 90 días han estado marcados por un quietismo
alarmante, una desorganización evidente, improvisaciones en la gestión y una
serie de decisiones que han levantado serias dudas sobre la idoneidad de las
autoridades designadas y la ética de sus actuaciones. Este período, que debería
haber sido de consolidación y propuestas claras, se ha convertido en una
sucesión de escándalos que erosionan la confianza ciudadana y proyectan una
imagen de desorientación en la conducción del país.
Uno de los episodios más graves
involucra a integrantes del Partido Comunista, señalados en una presunta estafa
relacionada con el tema de la vivienda, un asunto que golpea directamente en la
credibilidad de las instituciones y en la sensibilidad de un derecho humano
fundamental. Este caso, aún en desarrollo, suma un manto de sospecha sobre la
integridad de actores políticos y sociales de la “fuerza política”.
El
Día del Libro, un momento que debería celebrar el conocimiento y la cultura,
fue opacado por el anuncio del cierre por tiempo indefinido de la Biblioteca
Nacional. La justificación oficial, que la institución necesita “dedicarse a
pensar”, resulta inaceptable y refleja la falta de un plan claro para una de
las instituciones culturales más emblemáticas del país. Este hecho no solo
desorienta, sino que envía un mensaje de desidia en un área tan crucial como la
educación y el acceso al saber.
En materia de seguridad, el ministro
Negro ha admitido que aún no tiene definidas las medidas necesarias para
abordar este problema crítico. Su declaración de tomarse “un año para pensar” y
presentar ideas, con suerte, en 2026 es una muestra alarmante de improvisación
en un área que demanda acción urgente y efectiva. La seguridad ciudadana no
puede esperar reflexiones prolongadas mientras la ciudadanía enfrenta la
incertidumbre diaria.
Los escándalos no terminan ahí. La
compra de un campo en Florida, anunciada por el Pacha Sánchez (hombre fuerte de
este gobierno) como un homenaje al expresidente José “Pepe” Mujica, fue
desmentida una semana después, admitiendo que se trataba de una decisión “bien
pensada” pero sin relación con su fallecimiento. Sin embargo, la falta de un
plan claro sobre el destino de esta inversión, sumada a las objeciones sobre el
precio y la pertinencia de la operación, refuerza la percepción de
desorganización y falta de transparencia.
A esto se suman las revelaciones sobre
las cuatro propiedades de la exministra Cairo, las irregularidades en una casa
en un balneario vinculada al exrector Rodrigo Arim, y los cuestionados ascensos
otorgados por la vicepresidenta de la ANP a su esposo y allegados, lo que
sugiere un uso indebido de influencias. Por si fuera poco, la designación del
presidente de Colonización ha sido señalada como una violación al artículo 200
de la Constitución, un hecho de extrema gravedad que pone en entredicho el
respeto por el marco legal.
Finalmente, los constantes viajes al
exterior de varios ministros, sin resultados concretos que justifiquen tales
desplazamientos, alimentan la sensación de un gobierno más preocupado por hacer
turismo que por resolver los problemas domésticos urgentes.
Este panorama de escándalos,
improvisación y problemas éticos en tan solo 90 días no solo genera vergüenza,
sino que plantea un desafío crítico para la actual administración. La
ciudadanía merece un gobierno que actúe con transparencia, competencia y
compromiso. Es imperativo que las autoridades tomen medidas inmediatas para
corregir el rumbo, recuperar la confianza y demostrar que están a la altura de
las responsabilidades que asumieron. Uruguay no puede permitirse más pasos en
falso.
Ricardo Alba El Día 31 de mayo de 2025
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