EL ESPEJO ROTO DE LA EDUCACIÓN: ¿MOVILIDAD SOCIAL O TRAMPA DE LA POBREZA?
El
Uruguay se enfrenta a un dilema ético y estructural, como lo señalamos la
semana pasada al exponer la crudeza de la Inseguridad Alimentaria Crónica
(IAC) y la persistencia de la pobreza en el quintil más vulnerable. Hoy,
esa alarma se extiende al corazón de nuestra política social: la educación.
El Frente
Amplio propone un sistema educativo que, bajo la bandera de la equidad y la
eliminación de la repetición, evaluaciones laxas o inexistentes, corre el
riesgo de convertirse en un mecanismo de reproducción de la desigualdad,
garantizando que los estudiantes de los hogares más vulnerables queden
atrapados en la crónica de subsistencia.
La Peligrosa Confusión: Equidad vs. Ineficacia
El debate
actual confunde peligrosamente la equidad con la promoción automática.
Los sistemas educativos exitosos del mundo, como Finlandia y Estonia, eliminan
la repetición, sí, pero lo hacen invirtiendo masivamente en apoyo intensivo
e individualizado desde la primera dificultad. El estudiante avanza porque el
Estado le garantizó que aprendiera, no porque se decidió ignorar su
ignorancia.
El modelo
que se intenta implantar en Uruguay, que permite pasar de grado sin saber,
sin rendir cuentas y sin importar las faltas, no es un modelo de
compensación; es un modelo de ineficacia institucional que traiciona el
derecho a la educación de los más pobres.
El Fraude del "Pasar Igual": La
Destrucción del Capital Humano
Un
egresado de este sistema no solo carece del Capital Cognitivo
(matemáticas, lenguaje) necesario para un empleo digno, sino que se le niega el
Capital No Cognitivo fundamental para la vida adulta:
1.
Disciplina y Esfuerzo: Si la nota y la evaluación no importan, se
destruye la noción de que el esfuerzo continuo es la llave del éxito.
2.
Puntualidad y Asistencia: El modelo nórdico nos enseña que la asistencia
a clase es innegociable. Si el sistema permite el ausentismo crónico,
elimina la base misma del hábito laboral que exige el mercado formal.
El
resultado en el actual “modelo progresista” es un egresado con un título de
bachiller, pero sin las herramientas académicas ni conductuales para
competir. La escuela, lejos de ser un trampolín, se convierte en un lugar donde
se le certifica su incapacidad para la autonomía.
La Puerta Giratoria Educativa
Al igual
que la política social criticada la semana pasada, que solo invierte para
mantener a la gente "justo por encima de la línea" sin darle
herramientas para la autonomía, el sistema educativo de promoción automática
crea su propia "Puerta Giratoria".
El
estudiante de bajos recursos, engañado por la promoción sin exigencia, egresa
sin poder ingresar al mercado laboral formal que exige rigor.
¿Cuál es
la única "carrera exitosa" que le queda a este egresado sin
disciplina ni conocimientos?
Lamentablemente,
si la sociedad no le ofrece una vía digna basada en el esfuerzo, el camino se
reduce a la crónica de la subsistencia asistencial o, en el peor de los
casos, a los "modelos de ascenso" del narcotráfico y el crimen,
que no exigen títulos, pero sí una rápida inmersión en la ilegalidad.
Un Llamado a la Responsabilidad de Estado
No se
trata de defender la repetición punitiva, sino de exigir que el Estado uruguayo
asuma la responsabilidad de la compensación. Si eliminamos la
repetición, debemos poner en su lugar un sistema de apoyo de excelencia
(tutorías intensivas, maestros de apoyo, intervención psicosocial) al nivel de
Finlandia, que garantiza que el apoyo sea un derecho, no una dádiva, y que el
estudiante avance porque sabe, no porque se le regala el pase.
No
podemos permitir que, por una falsa noción de equidad, se le robe a una
generación su capital cognitivo y conductual.
La
educación es el único instrumento capaz de romper el determinismo de la pobreza
y la Insuficiencia Alimentaria Crónica. Un Uruguay dignificado, desde una
óptica batllista, no puede traicionar este principio condenando a sus jóvenes a
la ignorancia y a la dependencia. La calidad y la exigencia no son privilegios
de clase, son el derecho innegociable a la movilidad social.
Es hora
de que la política educativa deje de simular el éxito y empiece a garantizarlo.
Ricardo Alba El Día 13 de diciembre 2025
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