La Sed del Mañana: La Miopía del Frente Amplio y el Peligro de una Crisis Anunciada

 


Montevideo se ahoga en la incomprensión de sus gobernantes. La reciente decisión del Frente Amplio de desechar el Proyecto Neptuno en su concepción original, para volcarse a una "nueva" planta potabilizadora en Aguas Corrientes que seguirá dependiendo del agonizante Río Santa Lucía, no es solo un error; es una afrenta a la inteligencia de los uruguayos y una muestra alarmante de la falta de pensamiento estratégico que padece nuestra clase política.

Cuando la memoria de la última crisis hídrica aún nos persigue, la frivolidad con la que se gestiona el futuro del agua para la capital es, sencillamente, indignante.

Montevideo y su zona metropolitana experimentaron en carne propia la vulnerabilidad de depender de una única fuente de agua. La imagen de grifos secos o, peor aún, de agua salada brotando de ellos, no puede ser borrada tan fácilmente de nuestra retina.

Ante esa traumática experiencia, la lógica más elemental dictaba una diversificación urgente de las fuentes de abastecimiento. El Proyecto Neptuno, con sus posibles deficiencias, al menos planteaba la audaz pero necesaria idea de tomar agua del vasto Río de la Plata, abriendo una ventana de esperanza a una solución definitiva.

Sin embargo, el actual gobierno, en un acto que roza la irresponsabilidad, ha optado por el camino más corto y, a la postre, el más peligroso: construir una nueva planta que seguirá bebiendo de la misma cuenca del Santa Lucía. Es decir, más de lo mismo, una apuesta ciega a que el río no volverá a secarse, o una absoluta incapacidad para concebir soluciones a gran escala.

La excusa de una gestión pública versus privada es una cortina de humo inaceptable. Si el problema era la privatización del proyecto original, ¿por qué no se propuso una nacionalización, una gestión enteramente estatal que mantuviera la idea central de la diversificación? ¿Por qué la incapacidad de mirar más allá de lo inmediato, de pensar a 50 o 100 años vista?

El Frente Amplio, que tanto pregona su compromiso con las mayorías y el bienestar social, está condenando a la capital a la misma espada de Damocles que pende sobre ella: la dependencia de un río con problemas, sometido a los embates del cambio climático y la deforestación.

La falta absoluta de visión de futuro por parte del Frente Amplio en un tema tan vital como el agua potable es imperdonable. La decisión de continuar atados a una única fuente de agua, el mismo Río Santa Lucía que ya nos falló, es un monumento a la miopía política y a la ausencia de un genuino pensamiento estratégico.

Mañana, cuando una nueva sequía azote, y los grifos de Montevideo vuelvan a quedarse sin una gota de agua apta para el consumo, veremos a quién le echan la culpa.

La responsabilidad de esta tragedia anunciada recaerá, sin paliativos, sobre las espaldas de un gobierno que, con alarmante frivolidad, desechó la oportunidad de asegurar el futuro hídrico de su propia capital.


Ricardo Alba                      El Día 26 de julio 2025





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